Cuando hablamos con los demás, nuestra voz es la banda sonora de la película y, al igual que la música, intensifica las emociones del que habla y del que escucha.
Según expertos, el grosor de las cuerdas vocales varía con los cambios de cortisol en nuestro cuerpo y el cortisol es una hormona que producimos en abundancia cuando sentimos miedo.
Además, la respiración, es lo primero que se altera con el miedo y también es fundamental para la voz. Por eso que muchas personas, cuando están nerviosas, al hablar en público, sufren alteraciones de la voz, como, por ejemplo:
Se quedan sin ella.
Les tiembla.
Les sale una mini voz.
Cada uno de nosotros, tiene un sonido propio, el cual es posible entrenar para transmitir aquello que nos propongamos, ya sea: Energía, con un tono alto, o confianza con un tono grave.
Como en cualquier disciplina, hay que prestar atención a la técnica porque nos hará desarrollar habilidades, conectar con nuestro yo y en consecuencia, comunicar.
¿Cómo hacemos para que la voz sea un elemento que sume en lugar de restar al momento de comunicarnos?
Uniendo una técnica vocal más un trabajo a nivel personal, porque cuando conectamos con aquello que realmente nos apasiona, hallamos la fuerza, incluso, por encima de la técnica.
Hablar de comunicación es hablar de autenticidad, entonces ¿Cómo la voz nos puede ayudar a conectar con esa autenticidad?
1. Respirando adecuadamente. Toda la base está en la respiración. La voz es aire, el aire es el que hace que nuestras cuerdas vocales vibren y de ahí que produzcan sonido. La voz es sonido. Si controlas tu respiración, controlas tu voz.
2. Tomando consciencia de tu ritmo vital a través de la respiración. Antes de salir a presentar tenemos que conectar para lograr alejarnos de los nervios que puedan hacer que nuestra voz suene bajita, pequeña o temblorosa.
Ahora bien, te preguntarás ¿Por qué nos tiembla la voz?
Porque la respiración la tenemos sumamente alta (en el pecho), es decir, respiramos con la parte alta de los pulmones. Cuando hacemos esto, nos delatan nuestros hombros, ya que suben y bajan de forma muy visible y acentuada. Se crea una tensión en el cuello, lugar donde se aloja la laringe y en consecuencia, la voz tiembla, así que una respiración baja o abdominal es la solución.
¿Y cómo realizar una respiración baja?
Para esto, tenemos que llevar la respiración a la zona abdominal de modo que podamos obtener un mayor control de nuestra voz.
A continuación, te voy a explicar 4 pasos a seguir para una respiración completa y correcta:
1. Inhala aire, dejando que el diafragma baje de forma relajada.
2. Vas a notar cómo las costillas, al igual que la musculatura, se abren.
3. Relaja tus hombros y suelta tu abdomen, no solo la parte central y delantera, sino todo el contorno, incluyendo la espalda (porque si solo relajas la parte central, el diafragma no bajaría).
4. Al relajar todo el contorno, es cuando notarás un movimiento producido por la entrada de aire, entonces el pulmón se está llenando desde la base.
¿Cómo apagar ese diálogo interior que nos impide ejecutar lo que nos hemos propuesto?
Cuando nos sometemos a situaciones en las cuales nos sentimos «examinados», llegamos a estar disociados; es decir, por un lado, estás tú y por otro lado están esas «voces» que te dicen que puedes fallar o que tienes un alto grado de miedo escénico.
Entonces, para comunicar con excelencia, con una real conexión, tenemos que amar lo que hacemos, de hecho, es un acto de amor que compartas con otra persona tu mensaje.
¿Cuál sería la clave? Soltar preocupaciones, respirar y vibrar en sintonía de quien te está escuchando (tu público o audiencia, que como siempre te he dicho, puede partir desde una persona).
🎤 ¡Comunícate!
⭐ Recuerda: Lo que no se comunica, simplemente no existe.
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