Quizás todos nos ponemos nerviosos al hablar en público. Pero sentir nervios no es lo mismo que tener miedo. Los nervios que sentimos, por querer hacerlo bien, aunque no lo creas, nos pueden ayudar en gran medida a hablar con confianza y a crear una impresión memorable. Aquí comparto contigo cinco consejos fáciles que te ayudarán a comunicarte sin nervios en entornos profesionales:
1. Prepara un contenido que te ilusione
La mejor forma de lograr la imprescindible conexión emocional con tus espectadores es presentar contenido que te enamore.
Muéstrales ideas que te importan, que inspiran tu conducta, que dan sentido a tu vida, y crea con ellas una presentación que realmente aporte valor a tu audiencia.
Verás cómo, si lo consigues, te sentirás mejor y más seguro o segura, al exponer tus mensajes. Y, precisamente por ello, triunfarás y enamorarás a tus espectadores.
2. Trata de colocarte en los pies de tu audiencia
Pensar en tu audiencia y en sus necesidades te puede ayudar a no obsesionarte con tus miedos e inseguridades.
Tu audiencia es el centro de tu presentación. ¿Cuánto saben sobre el tema que vas a tratar?, ¿Qué les importa?, ¿Qué les preocupa?, ¿Cómo puedes tú responder a sus preguntas más apremiantes o satisfacer sus necesidades más urgentes? Allí debe estar el foco de tu presentación.
Deja a un lado tus inseguridades y concéntrate en preparar un contenido que realmente ayude a tu audiencia y que le aporte valor.
3. Habla sin notas
En lugar de hablar con notas, ensaya hasta que no las necesites.
Esos apuntes que a veces ves como un salvavidas para tu miedo escénico, pueden crear una barrera con tu audiencia que dificulta que conectes con ella.
Atrévete a prescindir de ellas y descubre una conexión más estrecha y sincera con tu público. Actúa tal cual eres y aunque tengas un guión trata de no centrarte tanto y de manera ¨textual¨ en tus notas.
4. Pide críticas sinceras y constructivas (y acéptalas)
Procura encontrar a personas que no teman criticarte y pídeles que lo hagan. No concedas mucha importancia a los elogios. Por cortesía y educación, la mayoría de las personas con que te encuentres evitarán expresarte sus verdaderas opiniones.
Algunos expertos señalan, incluso, que esta es una de las razones que explican por qué hay tantos pésimos oradores que se creen extraordinarios. Sin embargo, las críticas verdaderas y constructivas serán las que te ayuden a mejorar.
Trata siempre de preguntar al final de tu presentación lo siguiente (de manea clara y abierta):
· ¿Se han entendido tus mensajes?
· ¿Ha resultado amena tu representación?
· ¿Hay algo en tu forma de presentar que debas cambiar?
5. Encuentra qué te da miedo y arréglalo
¿Puedes identificar lo que te da miedo? Por ejemplo, ¿Temes quedarte en blanco? ¿Te inquieta pensar que tu presentación pueda resultar aburrida?
La clave está en ser capaz de identificar exactamente el motivo de tu inquietud ¡y solucionarlo!
Aquí algunos ejemplos de cómo lo puedes hacer:
· Si te preocupa que el público se aburra, ensaya frente a un grupo de amigos o colegas y fíate de lo que te digan.
· Si temes olvidar tu discurso, incluye en tus diapositivas palabras claves que te permitan retomar el hilo de tu presentación.
En resumen, prevenir posibles errores al momento de comunicarte es más fácil de lo que crees. Planifica tu presentación en entornos profesionales a conciencia e introduce las soluciones de emergencia que necesites, te garantizo que así, lograrás tu objetivo y marcarás la diferencia.
🎤 ¡Comunícate!
⭐ Recuerda: Lo que no se comunica, simplemente no existe.
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